Seis cerámicas.
El origen de la cerámica va unido al de la civilización. A lo largo de la historia el ser humano se ha sentido atraído por la plasticidad de la arcilla así como por su capacidad de transformación al estar en contacto con el fuego. Y se ha servido de ella para la creación de objetos diversos, utilitarios, estéticos o simbólicos, que son el reflejo de cada momento, de cada cultura. La riqueza del material y de sus acabados, su capacidad plástica, las alteraciones durante su cocción y la variedad de métodos, han hecho de la cerámica una fuente inagotable de posibilidades y en constante evolución.
En esta exposición queremos mostrar esa diversidad en las prácticas de la cerámica actual a través del trabajo de seis ceramistas. Con planteamientos singulares y muy personales, comparten la pasión por el material y el interés por explorar nuevos procesos creativos con los que expresarse.
“Creo que siempre hay una interacción muy estrecha entre los materiales con los que se trabaja y tu propia personalidad, ya que en cierto modo es necesario convertirte en el material con el que trabajas para comprenderlo bien y poderte anticipar a sus exigencias”.
María Oriza
El ceramista Eusebio Sánchez plantea con su trabajo una revisión de la técnica prehistórica de modelado con churros o colombín. Con ella, la forma de la pieza se logra superponiendo distintos rollos de arcilla para después unirlos presionando con los dedos y lograr así una pared uniforme y estable. A Eusebio le interesa dejar esos churros a la vista, sin ocultarlos ni desdibujarlos. Prefiere aprovechar su apariencia para crear paredes roscadas que resalta con el uso de engobes de colores tenues. Formas enigmáticas y sinuosas con las que evidencia la relación entre estructura y forma.
Eusebio Sánchez. Blues Hues, 2021
Eusebio Sánchez. Toes by the shore, 2019
Nicholas Arroyave-Portela es el único de los ceramistas presentados en esta muestra que utiliza el torno como herramienta para generar volúmenes. Una vez torneada la pieza la deforma manualmente, transformando su apariencia. A veces son surcos que realiza con sus dedos y que recuerdan al recorrido del agua que ha necesitado para trabajar el barro. Otras veces son pliegues, dobleces de la fina pared de la pieza, como si de un papel arrugado se tratase. Piezas de apariencia engañosa, de formas fluidas, escurridizas. Vasijas en movimiento, que parecen derrumbarse o a punto de colapsar.
Nicholas Arroyave-Portela. Nº 59 Tall Black Crumpled form, 2021
Investigar, experimentar, descubrir en una búsqueda lúdica de la belleza, de la sorpresa y de la emoción. Para el artista Rafa Pérez tan importantes son las pastas que él mismo fabrica y mezcla como el impredecible efecto de su transformación en el horno. Con una apariencia abstracta, la diversidad de sus formas improvisadas de múltiples acabados, en las que en ocasiones incorpora otros materiales, quieren ser objetos encontrados. Objetos en los que la intervención de la mano del hombre no se perciba.
Rafa Pérez. Sin título, 2014
El artista multidisciplinar Ícaro Maiterena ha desarrollado una obra personal en la que profundiza en las señas de identidad de la cerámica a partir del acto íntimo de amasar el barro. Juega con la materia manipulándola con espontaneidad, descubriendo, observando y explorando. Sus piezas son como productos geológicos de un tiempo ancestral, fósiles imaginados, pliegues, cortezas, huellas de un tiempo lejano que necesitan ser leídas e interpretadas. Esculturas que nos acercan a la naturaleza, a la vida y a las cosas.
Ícaro Maiterena. Impronta gestual III, 2018
Ícaro Maiterena. Orogénesis gestual I y III, 2021
María Oriza trabaja sobre el vacío como contenedor de lo inmaterial componiendo volúmenes a partir del trabajo con el plano y la repetición modular. Corta, curva, pliega y une las planchas cerámicas buscando generar simetrías, asimetrías y repeticiones. Su lenguaje formal llena de significado el vacío que se genera y ofrece múltiples connotaciones simbólicas y metafóricas. El dibujo de la superficie, que va cambiando con el movimiento del espectador, potencia la estructura formal del volumen y amplía los límites de la forma y el contenido.
María Oriza. Anatomía de la lágrima. Transparente al azul de tu mirada, 2016
María Oriza. Cynfa verde, 2019
Roger Coll “construye” sus esculturas cerámicas a partir de segmentos modulares que va ensamblando para crear la forma final; en sus palabras “de la misma manera que se usan los ladrillos para construir una pared” lo que evidencia una formación pluridisciplinar de la que forma parte importante la arquitectura. A partir de esta técnica ha desarrollado un lenguaje artístico propio y reconocible en el que el uso repetido de un elemento da lugar a distintas formas que se enroscan y crecen sobre sí mismas y en las que el color es determinante.
Roger Coll. BLUECO2101, 2021
Aunque cada uno de los artistas seleccionados en esta muestra aborda su trabajo desde una perspectiva y técnica propia que lo singulariza, también comparten algunos aspectos.
Así los procesos creativos de Nicholas Arroyave-Portela y de Ícaro Maiterena tienen algo de ritual.
» Al trabajar con materiales tan metafóricamente poderosos como la Tierra, el Aire, el Fuego y el Agua, me doy cuenta de que lo que tiene de ritual y de actuación el trabajo con el torno, se ha convertido en un mantra para mí; aquel en el que el movimiento giratorio del torno, la arcilla entre mis manos y el agua que actúa como lubricante, me permiten conectar con un particular estado mental».
Nicholas Arroyave-Portela
Nicholas Arroyave-Portela. Nº 56 Small White collapsed form, 2021
Ícaro Maiterena. Vestigio de un movimiento V, 2020
Para Ícaro Maiterena el núcleo mismo del proceso se encuentra en el hecho de amasar. Amasar como gesto ritual, como una forma de “oración táctil del alfarero” y en el que el cuerpo, el ritmo de los movimientos y la cadencia de la respiración le conectan con gestos ancestrales mil veces repetidos.
Esta fuerza del cuerpo sobre el material y del gesto que imprimen sus manos sobre el mismo, definen el lenguaje plástico de Ícaro Maiterena. También para Rafa Pérez es fundamental la manipulación del material pero con otro objetivo. Apila, dobla, envuelve, corta y mezcla diferentes arcillas y pastas coloreadas, obteniendo tras su cocción resultados complejos en los que conviven capas, desgarros, roturas, grietas y estallidos.
Rafa Pérez. Sin título, 2018
Roger Coll y María Oriza presentan algunas coincidencias en el planteamiento de sus procesos aunque el resultado formal de sus piezas sea radicalmente diferente. A ambos artistas les interesa la repetición modular como generadora de volúmenes y espacios y “construyen” sus piezas a partir de esta idea.
En el caso de Roger Coll sus piezas están formadas por la unión de segmentos realizados mediante moldes que dan lugar a formas sinuosas, fluidas, que se envuelven sobre sí mismas.
María Oriza, sin embargo, trabaja siempre a partir de un plano que va manipulando hasta construir el volumen final, en el que el vacío que se genera está lleno de significado.
Roger Coll. YELLOWWYK2001, 2020
María Oriza. Érebo, 2016
Eusebio Sánchez encuentra en la misma técnica del colombín y en el proceso que conlleva el trabajo con ella, la inspiración para desarrollar sus piezas en una búsqueda por lograr formas abstractas y complejas.
Eusebio Sánchez. Exposed, 2019
El azar, la incertidumbre o la “búsqueda de lo no hallado” es una constante en el proceso de trabajo de este grupo de artistas.
Rafa Pérez, Roger Coll, Eusebio Sánchez e Ícaro Maiterena emprenden su trabajo de una forma abierta.
Mientras que el primero trabaja desde la pura improvisación, Roger y Eusebio van tomando decisiones a medida que crece la forma. Ícaro Maiterena se deja llevar, volcando su energía sobre la arcilla y resistiéndose a la estabilidad del producto acabado.
Para María Oriza la presencia del azar no está relacionada con el material, el horno o el proceso de producción, sino que “tiene que ver con la manera en la que los objetos se relacionan entre sí y con en el espacio”.
María Oriza. Caburé, 2021
Rafa Pérez. Sin título, 2016
“………a medida que la escultura va progresando voy tomando decisiones sobre cómo llegar a la forma final, siendo ésta a menudo diferente a la idea inicial. Me gusta pensar que mi trabajo es ‘sacar a pasear un rollo’, expresión que tomo prestada del trabajo de Paul Klee ‘sacar a pasear una línea’”.
Eusebio Sánchez
Eusebio Sánchez. Coil Form, 2021
Roger Coll. BLUEEI2101, 2021
Explorar las propiedades del material para llevarlo al límite de forma que adquiera una apariencia ambigua, que nos desconcierta y hace dudar sobre lo que vemos, es algo en lo que coinciden varios de estos artistas. Así los “productos geológicos” de Ícaro Maiterena podrían ser fragmentos de madera encontrados en la naturaleza o huellas de paisajes diversos, las vasijas de Nicholas Arroyave-Portela aparentan estar hechas de cuero o de papel arrugado y el acabado pulido y brillante de algunas de las piezas de Roger Coll nos remite a algunos metales.
Ícaro Maiterena. Transmutación Polyporus Fomentarius, 2020
Nicholas Arroyave-Portela. Nº 68 Tall Crumpled black form, 2021
Todas las obras que aquí se muestran son piezas únicas que nos cautivan con su narrativa. Piezas que capturan el paisaje, el movimiento, el tiempo o el vacío. Conceptuales, casi siempre intuitivas. De formas abstractas, orgánicas o geométricas. De acabados diversos. Sin una función definida. En definitiva, obras excepcionales, con múltiples lecturas, que quieren expresar y emocionar.